«EL ARTE DE LA GUERRA»
El
ejército de insectos del Pentágono
Manlio
Dinucci
Enjambres de insectos portadores de virus
infecciosos genéticamente modificados atacan los cultivos de un país y
destruyen sus capacidades de producción de alimentos. Esto no es ciencia
ficción. Es lo que está preparando la Agencia de Proyectos Avanzados de
Investigación de Defensa (DARPA) de Estados Unidos.
Cinco científicos de dos universidades alemanas y
de una universidad francesa revelan esto en la última edición de la prestigiosa
revista científica Science [1].
En el editorial publicado el 5 de octubre, estos científicos ponen fuertemente
en duda que el programa de investigación de DARPA identificado como «Insectos
aliados» tenga como único objetivo proteger la agricultura estadounidense
de los agentes patógenos utilizando insectos como vectores de virus infecciosos
genéticamente modificados que, al ser transmitidos a las plantas, modificarían
sus cromosomas. Esta capacidad –señalan los cinco científicos– resulta «muy
limitada».
En todo caso existe en el mundo científico «la
vasta percepción de que el programa tiene como objetivo desarrollar
agentes patógenos y sus vectores con fines hostiles», como «un nuevo
sistemas de armas biológicas». Esto viola la «Convención sobre las armas
biológicas», que a pesar de su entrada en vigor en 1975, aún
sigue sin aplicarse, principalmente porque Estados Unidos
se niega a aceptar que sus laboratorios sean inspeccionados.
Los cinco científicos autores del trabajo publicado
en Scienceespecifican que «simplificaciones fáciles bastarían
para generar una nueva clase de armas biológicas, extremadamente transmisibles
a especies agrícolas sensibles, utilizando insectos como vectores».
El escenario de un ataque contra cultivos
fundamentales para la alimentación en Rusia, China y otros países, ataque
realizado por el Pentágono mediante enjambres de insectos que transportan virus
infecciosos generalmente modificados, no es cosa de ciencia ficción.
El programa de DARPA no es el único que plantea el uso de
insectos con fines bélicos. El laboratorio de investigaciones de la marina
de guerra de Estados Unidos solicitó a la Washington University de
San Luis [2]
una investigación para convertir saltamontes (langostas) en drones
biológicos [3].
A través de un electrodo implantado en el cerebro y
de un minúsculo transmisor en la espalda del insecto, un operador humano puede
entender lo que perciben las antenas del saltamontes. Estos insectos tienen una
gran capacidad olfativa y son capaces de percibir instantáneamente la presencia
de diferentes tipos de sustancias químicas en el ambiente, lo cual permite
descubrir depósitos de explosivos y otros objetivos que podrán ser entonces
destruidos con incursiones aéreas o lanzamientos de misiles.
El trabajo de los cinco científicos que publica Science perfila
escenarios todavía más inquietantes. El programa de DARPA –señalan– es
el primero sobre el desarrollo de virus genéticamente modificados para
dispersarlos en el entorno, virus que podrían afectar también otros organismos
«no sólo en la agricultura». En otras palabras, entre los
organismos vivos que podrían ser blanco de los virus esparcidos mediante el uso
de insectos también podría estar el hombre.
Se sabe que, durante la guerra fría, los
laboratorios de Estados Unidos y de otros países realizaron
investigaciones sobre bacterias y virus que, diseminados por insectos como
los piojos, las moscas o las garrapatas, pueden provocar epidemias en
países enemigos. Entre ellos están la bacteria Yersinia Pestis,
que produce en el ser humano la peste bubónica –la temida «muerte negra»
de la Edad Media–, y el virus del Ébola, extremadamente contagioso y
letal.
Con las técnicas disponibles hoy en día es posible
producir nuevos tipos de agentes patógenos, para ser diseminados a través
de insectos, frente a los cuales la población blanco del ataque estaría
prácticamente indefensa.
Las «plagas» que en el relato bíblico
se abatieron por voluntad divina sobre Egipto, con inmensos enjambres de
moscas, mosquitos y langostas, hoy pueden abatirse realmente sobre el mundo
entero por voluntad de algunos hombres.
No son profetas quienes lo dicen sino
científicos que han conservado su humanidad.
il manifesto, 09 octubre 2018
NO WAR NO
NATO
Manlio Dinucci
Geógrafo y politólogo. Últimas obras
publicadas: : Laboratorio
di geografia, Zanichelli 2014 ; Diario di
viaggio, Zanichelli 2017 ; L’arte
della guerra / Annali della strategia Usa/Nato 1990-2016, Zambon
2016, Guerra
Nucleare. Il Giorno Prima 2017; Diario di guerra Asterios Editores 2018.
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