«EL ARTE DE LA GUERRA»
Nuevo
mando estadounidense para la guerra naval de la OTAN en Europa
por Manlio
Dinucci
La
OTAN, aunque el presidente francés Emmanuel Macron le diagnosticaba un
estado de «muerte
cerebral», no ha muerto, incluso está creciendo y sigue
presagiándonos pesadillas. Esta alianza bélica acaba de dotarse de un nuevo mando
naval capaz de seguir
“luchando por los europeos” aunque “los malos” ya hayan invadido e incluso destruido
Europa occidental.
RED
VOLTAIRE | ROMA (ITALIA) | 20 DE OCTUBRE DE
2020
Los almirantes estadounidenses
Betton y Lewis inauguran el Joint Force Command Norfolk. Están de fiesta y son los europeos quienes
pagan.
En
Norfolk, Estado de Virginia, en Estados Unidos, ha nacido un nuevo
mando de la OTAN. Se trata del Joint Force Command
Norfolk, definido como el «Mando Atlántico», un clon
del Joint Force
Command Naples, que tiene su cuartel general en
Lago Patria, en Nápoles, Italia.
La
creación del Joint Force Command Norfolk en
Estados Unidos contó con la aprobación del Consejo
del Atlántico Norte
al nivel de ministros de Defensa, otorgada en junio de 2018 (Italia estuvo
representada por la ministro Elisabetta Trenta, del primer gobierno de Giuseppe Conte).
Al igual que el Mando de la OTAN establecido en Nápoles, que está bajo las órdenes del almirante que dirige las fuerzas navales de Estados Unidos en Europa –incluyendo la Sexta Flota–, el Mando Atlántico de la OTAN está bajo las órdenes del almirante al mando de Segunda Flota estadounidense. El «área de responsabilidad» de la Segunda Flota cubre la mitad occidental del océano Atlántico y del Ártico, mientras que la Sexta Flota cubre la otra mitad. Así que el nuevo mando «de la OTAN» en Norfolk –como el de Nápoles– en realidad pertenece a la cadena de mando del Pentágono.
¿Con qué objetivo se crea
este nuevo mando? Para dirigir
la «Cuarta Batalla del Atlántico» –después de las dos Guerras Mundiales y de la guerra fría–
contra «submarinos rusos que amenazan
las vías
de comunicación
marítima
entre Estados Unidos
y Europa en el Atlántico Norte».
Según
esa estrategia, enunciada en particular por el almirante
estadounidense Foggo cuando dirigía el mando de la OTAN en Nápoles, submarinos rusos estarían listos para hundir los barcos que
navegan entre las dos orillas
del Atlántico para aislar Europa antes del «ataque ruso»,
como en
el guión del algún film hollywoodense donde los U-Boot alemanes hunden los
barcos mercantes
que salen de Estados Unidos
hacia Europa.
Pero
esa tesis no pasa de ser un guión de política-ficción. Durante la Segunda
Guerra Mundial, la Batalla del Atlántico duró 5 años, pero la «Cuarta Batalla del Atlántico»
duraría 5 minutos. Si por algún motivo absurdo submarinos rusos
llegaran a hundir barcos de Estados Unidos
o de sus
aliados europeos en aguas del Atlántico,
eso sería el inicio de la guerra total, en la que ambos bandos
utilizarían misiles y bombarderos nucleares.
¿Cuál
sería entonces el papel del Mando Atlántico? «El Atlántico Norte es vital para la seguridad de Europa»,
según declara Stoltenberg, el secretario general de la OTAN. Y luego
agrega que: «Nuestro
nuevo Mando Atlántico garantizará que las vías cruciales para los refuerzos y
el abastecimiento de Norteamérica a Europa se mantengan seguras.»
En
otras palabras. Expuesta a lo que Estados Unidos y la OTAN
definen como «la agresión rusa»,
Europa sólo podría resistir si recibe constantemente tropas, armamento y abastecimientos
desde Estados Unidos.
Así que las fuerzas navales de
los aliados europeos tienen que alinearse junto a las de Estados Unidos para, bajo las órdenes del nuevo Mando Atlántico, perseguir
los fantasmagóricos «submarinos rusos que amenazan las vías de comunicación marítima entre Estados Unidos y Europa en el Atlántico Norte».
Es
una especie de “juego de barquitos”, pero muy costoso ya que implica la
asignación de más fondos para los gastos militares totales de
los países miembros de la OTAN, cuyo monto ya sobrepasa
ampliamente los 1 000 millardos [1] de dólares al año en fondos
públicos sustraídos a las necesidades
reales de la ciudadanía. Y también muy peligroso ya que alimenta en la opinión pública
la creencia en la supuesta existencia de un enemigo, concretamente Rusia, que
amenaza Europa y que se dispone
a aislarla cortando sus vías de comunicación marítima con Estados Unidos.
Con
el montaje de tal escenario se justifica el creciente despliegue
en Europa de armamento y de
tropas estadounidenses, despliegue que por demás incluye fuerzas y armamento nucleares,
lo cual trae como consecuencia
que Rusia también incremente sus propias fuerzas y armamento nucleares.
Visto
el hecho que el primer gobierno de Conte aprobó hace 2 años la creación
del nuevo Mando Atlántico, nos gustaría
saber qué piensa de eso el segundo gobierno de Conte.
También
nos gustaría saber si en el Parlamento se consultó a alguien antes de que
Italia aprobara la creación de ese nuevo mando de la OTAN, decidida por el Pentágono, o al menos si alguien en el
Parlamento tuvo conocimiento del hecho que, además del mando de Nápoles –bajo las órdenes de
un almirante estadounidense–, la
marina de guerra
italiana ahora depende también
del nuevo mando creado en Norfolk, igualmente bajo las órdenes de un almirante estadounidense.
Fuente
Il Manifesto (Italia)
Traducido
al español por la Red Voltaire a partir de la
versión al francés de Marie-Ange Patrizio.
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